Mis tertulias con los amigos.
6. En el Arts Santa Mónica.
Esta vez la cita fue en el Arts Santa Mónica. Nuestro amigo, mi mujer y yo decidimos visitar otra vez, la exposición de Barceló y la de Pat Andrea y su Alicia en el País de las Maravillas.
Barceló sigue maravillándonos con su creatividad, el empleo del color y las texturas que manipula tan hábilmente. Por su energía vital que destila por toda su obra. Y no solo con contundencia, incluso en su más delicada poesía, como en aquella bolsa de plástico que contiene pigmento azul, y que titula “Elements del paisatge” junto a otra con un trozo de algodón como si fuera una nube. Comentamos y admiramos sus libros recortados, troceados, manchados, pintados y convertidos casi en pulpa de nuevo. En su obra siempre han hecho acto de presencia los libros. Observamos, cómo alguna de sus piezas del inicio, nos remitían a Brossa o Mariscal. Mi amigo comentó, frente a un par de cuadros, como le recordaba la revista Madriz y a sus ilustradores. En definitiva, es evidente que esta exposición está marcada, por los años 70, época en que fue ejecutada parte de su obra. Y sigue teniendo el mismo impacto. Quizá aún la valoramos, más ahora que antes, toda esa mezcla de figuración y abstracción. Pero en todo caso, lo que sí fue unánime entre nosotros tres, que salimos comentando que nos provocaba la misma apasionada admiración que nos produjo su arte, la primera vez que lo vimos.
En cuanto a la exposición de Pat Andrea ¿qué decir? Es hermosa, es inteligente, sensible y creativa. Arrastra al espectador. Por su dibujo realista, su colorido, su ejecución y su fantasía, al mismo nivel, yo diría, que la obra de Lewis Carroll. Una Alicia de hoy en día, pasto de psiquiatras, cargada de símbolos eróticos. De una frescura envidiable.
A la salida, seguimos comentando su obra. Quizá la obra de Pat Andrea nos atrajo más que la de Barceló, al menos a mi, por el desconocimiento que teníamos de ella. Quizá también, porque nos quedaría muy vinculada con la visita que íbamos a hacer, instantes después, a pocos metros de allí, en el Taller de Marionetas de Pepe Otal.
Barcelona 25 de agosto de 2010 a las seis de la tarde.
6. En el Arts Santa Mónica.
Esta vez la cita fue en el Arts Santa Mónica. Nuestro amigo, mi mujer y yo decidimos visitar otra vez, la exposición de Barceló y la de Pat Andrea y su Alicia en el País de las Maravillas.
Barceló sigue maravillándonos con su creatividad, el empleo del color y las texturas que manipula tan hábilmente. Por su energía vital que destila por toda su obra. Y no solo con contundencia, incluso en su más delicada poesía, como en aquella bolsa de plástico que contiene pigmento azul, y que titula “Elements del paisatge” junto a otra con un trozo de algodón como si fuera una nube. Comentamos y admiramos sus libros recortados, troceados, manchados, pintados y convertidos casi en pulpa de nuevo. En su obra siempre han hecho acto de presencia los libros. Observamos, cómo alguna de sus piezas del inicio, nos remitían a Brossa o Mariscal. Mi amigo comentó, frente a un par de cuadros, como le recordaba la revista Madriz y a sus ilustradores. En definitiva, es evidente que esta exposición está marcada, por los años 70, época en que fue ejecutada parte de su obra. Y sigue teniendo el mismo impacto. Quizá aún la valoramos, más ahora que antes, toda esa mezcla de figuración y abstracción. Pero en todo caso, lo que sí fue unánime entre nosotros tres, que salimos comentando que nos provocaba la misma apasionada admiración que nos produjo su arte, la primera vez que lo vimos.
En cuanto a la exposición de Pat Andrea ¿qué decir? Es hermosa, es inteligente, sensible y creativa. Arrastra al espectador. Por su dibujo realista, su colorido, su ejecución y su fantasía, al mismo nivel, yo diría, que la obra de Lewis Carroll. Una Alicia de hoy en día, pasto de psiquiatras, cargada de símbolos eróticos. De una frescura envidiable.
A la salida, seguimos comentando su obra. Quizá la obra de Pat Andrea nos atrajo más que la de Barceló, al menos a mi, por el desconocimiento que teníamos de ella. Quizá también, porque nos quedaría muy vinculada con la visita que íbamos a hacer, instantes después, a pocos metros de allí, en el Taller de Marionetas de Pepe Otal.
Barcelona 25 de agosto de 2010 a las seis de la tarde.
A Això li dic jo aprofitar bé el temps. Marisa
ResponEliminaNo penses comentar-nos la visita a Pepa Otal?
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