¡Cielos, cómo brilla hoy el valle!
¿Cómo no va a brillar, hombre, a las doce del mediodía?
Ante el vaso de vino y las aceitunas, todo eran especulaciones. Que si la atmósfera está hoy muy limpia, que si se han quedado encendidas las farolas de la carretera, que si la fábrica de las afueras...
Poco a poco, en aquel pueblo aburrido y sin historia, las conversaciones derivaron hacia lo realmente importante, el fútbol y los toros.
Cuando Paco, el tontito, llegó a la plaza cogido de la mano de un ser de tres metros y de color verde, ya todo el mundo estaba echándose la siesta.
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