La nueva Filmoteca de Catalunya.
Ayer estuve frente al que será el nuevo edificio de la Filmoteca de Catalunya. Creía que, debido a las explicaciones que siempre han dado los políticos que daba a la Rambla del Raval. No es así. No es cierto. Está detrás de los edificios que dan a esta Rambla. Está en la plaza Salvador Seguí y a ella dará la entrada principal. La parte de atrás da a la calle Espelt o sea la continuación de la tristemente famosa calle San Ramón. El lateral del edificio da a San Pau en el que tenemos frente a la futura Filmoteca, videoclubs donde se alquilan y venden todo tipo de cine asiático, bollywood, artes marciales, etc. Y en la parte derecha del edificio está la calle San Josep Oriol donde hay un pequeño jardín infantil (tan grande como una habitación de mi casa), rodeado de una valla de madera, en donde se mezclan putas y niños con sus madres de todo tipo de razas. En resumen, ¿Qué me encontré? Putas. Muchas putas. Putas pobres, la penúltima escala social, degradación, mujeres explotadas sin escapatoria. Jóvenes y viejas, enormes pechos caídos, vientres abultados y nalgas luchando por reventar las estrechas faldas, y entre ellas, paseando, una pareja de Mossos d’Esquadra, intercambiándose saludos y sonrisas. Pero no se trataba de Irma la dulce. Allí las putas no son de cine, espectaculares rubias, vestidas elegantemente, esperando a su chulo llegar en un reluciente automovil. Eso pasa en el cine. Yo estoy hablando del ambiente que tendremos cuando vayamos a la Filmoteca. Y me pregunto si también tendremos pajilleras en las salas, al paso que llevamos. ¿Cómo se atreven a proponernos esto? Me indigna pensar que tuvimos la oportunidad de quedarnos con los locales de Cinesa, hoy los Renoir Floridablanca, que daban de sí para varias salas, los despachos y la biblioteca y por quitame allá… entre políticos nos quedamos sin la posibilidad de tener un local céntrico, cerca de la Universidad. Y entre tanto las obras siguen paradas. ¿Quizá porque es agosto y los obreros están de vacaciones? Primero dijeron que se inaugurarían las nuevas dependencias en noviembre o diciembre de este año, ahora dicen que para marzo. Pero lo cierto es que no da la impresión, visto desde fuera que se llegue a cumplir el nuevo plazo. Tanto da. Como siempre las administraciones prometen, pero no cumplen. Eso no ha cambiado, da igual el gobierno que tengamos. Recuerdan “En construcción” ese magnífico film de Guerin. Las promesas de renovar el barrio de hacerlo más salubre, con viviendas más dignas. ¿Qué ha quedado de todo esto? Especulación. Nada más. Sirvió para que arquitectos allegados comprasen locales con la intención, según decían, de hacer un centro artístico y movieron universidades. Y de nada ha servido, quizá sólo para que algunos, sacasen tajada. Nada más. La gente del barrio sigue igual, soportando la prostitución, la droga en la calle y la invasión de familias mucho más pobres que ellos que han llegado a nuestra ciudad con la esperanza de encontrar un trabajo. Personalmente, no tengo prisa alguna en que nos vayamos allá, díficil va a ser que el público de la actual filmoteca, en un 90% juvilados, se atreva a ir por la noche por aquel barrio. Y luego se quejan de que cada día va reduciéndose el indice de asistencia. Esperen a que nos traslademos.
Rafael Rodríguez-Bella agosto 2010
Ayer estuve frente al que será el nuevo edificio de la Filmoteca de Catalunya. Creía que, debido a las explicaciones que siempre han dado los políticos que daba a la Rambla del Raval. No es así. No es cierto. Está detrás de los edificios que dan a esta Rambla. Está en la plaza Salvador Seguí y a ella dará la entrada principal. La parte de atrás da a la calle Espelt o sea la continuación de la tristemente famosa calle San Ramón. El lateral del edificio da a San Pau en el que tenemos frente a la futura Filmoteca, videoclubs donde se alquilan y venden todo tipo de cine asiático, bollywood, artes marciales, etc. Y en la parte derecha del edificio está la calle San Josep Oriol donde hay un pequeño jardín infantil (tan grande como una habitación de mi casa), rodeado de una valla de madera, en donde se mezclan putas y niños con sus madres de todo tipo de razas. En resumen, ¿Qué me encontré? Putas. Muchas putas. Putas pobres, la penúltima escala social, degradación, mujeres explotadas sin escapatoria. Jóvenes y viejas, enormes pechos caídos, vientres abultados y nalgas luchando por reventar las estrechas faldas, y entre ellas, paseando, una pareja de Mossos d’Esquadra, intercambiándose saludos y sonrisas. Pero no se trataba de Irma la dulce. Allí las putas no son de cine, espectaculares rubias, vestidas elegantemente, esperando a su chulo llegar en un reluciente automovil. Eso pasa en el cine. Yo estoy hablando del ambiente que tendremos cuando vayamos a la Filmoteca. Y me pregunto si también tendremos pajilleras en las salas, al paso que llevamos. ¿Cómo se atreven a proponernos esto? Me indigna pensar que tuvimos la oportunidad de quedarnos con los locales de Cinesa, hoy los Renoir Floridablanca, que daban de sí para varias salas, los despachos y la biblioteca y por quitame allá… entre políticos nos quedamos sin la posibilidad de tener un local céntrico, cerca de la Universidad. Y entre tanto las obras siguen paradas. ¿Quizá porque es agosto y los obreros están de vacaciones? Primero dijeron que se inaugurarían las nuevas dependencias en noviembre o diciembre de este año, ahora dicen que para marzo. Pero lo cierto es que no da la impresión, visto desde fuera que se llegue a cumplir el nuevo plazo. Tanto da. Como siempre las administraciones prometen, pero no cumplen. Eso no ha cambiado, da igual el gobierno que tengamos. Recuerdan “En construcción” ese magnífico film de Guerin. Las promesas de renovar el barrio de hacerlo más salubre, con viviendas más dignas. ¿Qué ha quedado de todo esto? Especulación. Nada más. Sirvió para que arquitectos allegados comprasen locales con la intención, según decían, de hacer un centro artístico y movieron universidades. Y de nada ha servido, quizá sólo para que algunos, sacasen tajada. Nada más. La gente del barrio sigue igual, soportando la prostitución, la droga en la calle y la invasión de familias mucho más pobres que ellos que han llegado a nuestra ciudad con la esperanza de encontrar un trabajo. Personalmente, no tengo prisa alguna en que nos vayamos allá, díficil va a ser que el público de la actual filmoteca, en un 90% juvilados, se atreva a ir por la noche por aquel barrio. Y luego se quejan de que cada día va reduciéndose el indice de asistencia. Esperen a que nos traslademos.
Rafael Rodríguez-Bella agosto 2010
Totalment d'acord amb el teu comentari. Em conec molt bé el barri. Hi he treballat durant molts anys en projectes solidaris amb les dones, unes per pobresa endémica i d'altres "fent el carrer". Amb el temps ha canviat de cara, però el fons és el mateix. Actualment Sant Ramon és seu de noies rumaneses molt joves i Sant Rafel de les negres del Senegal i centre Àfrica, no es barrejen. Queda un petit nucli de dones grans, desfetes de cos i cervell, que ofereixen els seus serveis a pocs €. He parlat just fa 2 dies a Núria amb una assistent social amiga de molts anys, precisament de la Filmoteca i m'ha confirmat el que jo ja veia de fa temps, tindrà una vida molt curta. El barri de dia té un color passable, de nit és tot un altre més fosc, i els caps de setmana una corrua de cotxes i homes buscant sexe i droga. Cal afegir-hi les màfies que porten les noies.
ResponEliminaUn disbarar em va dir no haver acceptat els locals de Cinesa en el seu temps. també em va comentar, fet que jo esconeixia, que l'antiga casa de la Dona, que va passar de darrera la catedral a la plaçeta del costat del C/ S. Ramon ha durat uns anys, però ara ha tancat, el tipus de senyores que durant anys havia omplet les classes al carrer de la Pau no s´ha adaptat al barri xino. No et vui desanimar, temps al temps.