dimarts, 8 de desembre del 2009

Yo también estoy celebrando la Santa Constitución.

He decidido invadir nuestro Blog, aprovechando que todos estáis de puente, para deslizar unos apuntes de unos hechos que, de un tiempo a esta parte voy constatando, y que considero están resultando muy graves.
Estamos como en la época en que Lutero se salió de la Iglesia y empezó la lucha de la reforma. Después vendría la contra-reforma. Fue una guerra de religiones. Y pagaron con sus vidas muchos creyentes, de un lado y de otro. Los hugonotes por ejemplo. Hoy seguimos con las mismas. La Iglesia católica en franco desprestigio o en horas bajas si lo preferís, ha optado in extremis acoger a protestantes disidentes. Quizá llegue a permitir curas casados y ejerciendo y quizá también termine admitiendo a las mujeres entre sus mandatarios. Algo que hasta este momento ni se planteaba. Y todo, porque la población ha envejecido, y es muy baja la cifra de los nuevos seres tocados por la fe. Los seminarios están vacíos. La gente cada vez más, no cree en estas historias que predican. Así que, tiene que redoblar sus esfuerzos, porque en el Islam, además, están apretando las clavijas fuertemente y los afiliados al islamismo cada vez son más. De nuevo tenemos guerra de religiones y en medio pilla, como siempre, a la población. Los que se ven pillados, naturalmente. Véase a Bono por ejemplo, un político que milita en las filas socialistas que es un creyente practicante de la fe católica y que ahora se ve castigado por una Conferencia Episcopal intransigente que actúa con aires de talibán que lo condena a no poder comulgar, por apoyar el aborto que ha legislado el estado que, en teoría es laico. A estas alturas aún suena la amenaza de la excomunión. La Iglesia sigue anclada en la Época Medieval. Pero el Islam aún lo está más. Mucho más. Su religión no permite un Renacimiento, como ocurrió en Europa. Sigue esclavizando a sus fieles, principalmente a sus mujeres. ¡Ah! pero nuestro país, no es que se ande muy lejos en esa materia. Vamos a la cola de Europa. Soñamos con un estado como el de Francia donde la Iglesia no pinta nada en las decisiones del Estado. España no es Francia y esto al parecer obliga al Presidente de la Nación a echar marcha atrás en algunas de las leyes que aprueba. Ahí están sus insistentes tentativas desde hace tiempo con el aborto. O la retirada de los crucifijos de las escuelas públicas (que debería quitarse en TODAS). O el tema de Internet y sus descargas en detrimento de la propiedad intelectual y que la Ministra de Cultura y las Artes Visuales pretendía castigar y que en última instancia el Presidente la ha desautorizado, diciendo que no van a cerrar ninguna página web. Mucho batallar en el Parlamento para después dejar inactivas esas leyes o propuestas de leyes. Entonces ¿para qué las votan, para qué las proponen?, pregunto. Si se hace una ley es para ponerla en práctica y hacerla cumplir. En el caso de la religión dejémosles a ellos, a los religiosos su guerra, a nosotros ni nos va ni nos viene, puesto que no nos incumbe. ¿No somos un estado laico y aconfesional? ¿Entonces? Todo eso debe quedar de puertas a dentro de sus Iglesias, sean de la religión que sea. Pero nosotros, en esa época del año estamos, más que nunca de fiesta en fiesta. Es el puente de la Constitución. Ya me preocuparé cuando vuelva, quizá diga alguno, quizá sí, alguien se va a preocupar, ojalá. Porque debería preocuparnos. Porque esta Constitución se la están pasando por los forros sus Señorías, en el TCJ. Ellos deberían ser los primeros de constatar que el Estatut de Catalunya ES CONSTITUCIONAL! Y precisamente quién no actúa constitucionalmente es el PP que presentó su recurso. Ya va siendo hora de que se digan las cosas por su nombre. Tenemos una derecha que no nos merecemos ¿o sí? A ver si vamos a tener que reprocharnos el que siga ahí, de igual forma que nos reprochamos que el dictador muriese en la cama tan ricamente. ¿Será cierto que lo dejó todo atado y bien atado? Podría ser, si seguimos con tanta fiesta, este mes está lleno. Consumiendo a pesar de la crisis. Y a costa de seguir enriqueciéndose los bancos. Y el Estado haciendo oídos sordos. ¿Qué está pasando en el Gobierno? ¿Qué nos está pasando a todos? ¿Qué esperan hacer los sindicatos? ¿A dónde está su fuerza? ¿Dónde está la clase trabajadora que no se la oye con suficiente fuerza? ¿También están celebrando la Constitución, esta que dice que vela por todos nosotros?

Rafael Rodríguez-Bella aprendiz de bloguero, airado y de mala leche. Acausa de tantas fiestas, de tener el país parado y de tener una ciudad iluminada innecesariamente. Diciembre 2009

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