dimecres, 13 d’octubre del 2010



Dios existe.

Sí, Dios existe. Ahora sí me lo creo. Aún asegurándolo Fernando Trueba, no estaba seguro. Pero ahora sí. Se ha demostrado en Chile. En la mina de San José. Dios o sea Billy Wilder ya se anticipó a todo esto, y lo retrató tal cual ha estado sucediendo hoy en día. Por suerte en la actualidad se están salvando los mineros, pero ¿y el show que han montado? Una escuela para los niños, un restaurante, una cocina enorme para dar de comer a todos los allí congregados, etc, etc. ¿Y el beneficio que han generado las conexiones de radio y televisión (derechos de imagen) y los periódicos que se han vendido? Estoy hablando a nivel internacional, se dice pronto. Y la intriga de la utilización de la tecnología de la NASA. Se ha montado un festival alrededor de esos pobres hombres que ha sido de vergüenza ajena. Bochornoso. Ha sido como el título del film que rodó Billy Wilder: “El Gran Carnaval” con Kira Douglas ¿lo recordais? Pues eso.
Rafael.

4 comentaris:

  1. Evidentment el circ mediàtic és abominable però l'aventura humana persisteix. Ja veurem com se'n surten perquè el que els envolta els supera; veieu sinó les tristes imatges de la dona manicurada i emperrucada amb el maquillatge esborrat al moment de la veritat.Maria Dolors

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  2. Ho he posat en l'altre comentari,la unió fa la força, vingui d'on vingui l'ajuda. Admirable el coratge dels miners, però cal valorar l'ajuda de tota mena que han rebut pel tub, aigua, oxigen, medecines i , tota la gent que ha fet bé la seva feina. Tan de bo sigui un precedent per la propera mina, que segur un dia o altre repetirà en algún lloc del món.

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  3. Efectivamente la unión hace la fuerza, la aventura humana persiste, todo, todo muy bien, pero todo queda empañado por ese circo que se ha montado y los beneficios que generan a las televisiones y periódicos y ya no digo todo lo que allí se ha organizado in situ un poblado de tiendas de campaña, lonas, escuelas, comedores, gabinetes de prensa y los políticos a primera fila, francamente indignante, que la ternura de las imágenes del regreso no os confundan, que existe una dignidad humana y se está jugando con ella.

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  4. EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS

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