dissabte, 2 d’octubre del 2010

6. Los cines de Gracia.

Cine Roxy

Y hablando de plazas que se quedan huérfanas de cines, hablaré hoy del Roxy. Pocos deben ser ya los vecinos de la plaça Lesseps que recuerden aquel espacioso local, con bar restaurante en el último piso (allí celebró el banquete de bodas una prima mia, también en los años 50 alquilamos la sala, un domingo por la tarde, para organizar un baile). Junto al cine había también una espaciosa sala de baile. El Roxy programaba el primero, las películas de reestreno en Gracia. Pero, ya ni los fantasmas que cantaba Serrat existen. Más de una vez los he tratado de hallar en la cola del autobús o en la estación del metro. Inútil. Nadie los ha visto. Y gran parte del público con el que te tropiezas se queda parado, mira el edificio actual y pregunta extrañado ¿Aquí había un cine? Pues sí, aquí en el número 4 de la plaça Lesseps estuvo ubicado a partir del 12 de abril de 1941, fecha en la que fue inaugurado por su propietario Joseph María Riera Clariana. Fue un sábado de Gloria y lo hizo programando la película “Roberto Kock” (1939) de Hans Steinhoff con el gran actor Emil Jannings en el papel del insigne bacteriólogo.
Además de ser el cine que siempre se anticipaba a la proyección de los films en el barrio, los proyectaba en mejores condiciones técnicas. Fue, todo hay que decirlo, una sala con categoría y muy espaciosa, sin los malos olores de los cines de barrio. Pero aun así, tuvo que programar varietés durante alguna temporada, allá por los años 40. El primer espectáculo se dio el 1 de octubre de 1941 con las actuaciones de Goyita Rifé, Hermanos Lewis, Pepita Salvador (que procedía del Rigat), el Trío Gonzalo-Portela-Llorens y la Orquesta Los Gitanos. En la pantalla se vio “Un hombre de corazón” y “Manon Lescaut”, según he consultado.
Dejó de ofrecer variedades hacia 1944. A partir de entonces, solo se dieron esporádicamente, como en 1947 que actuó Bonet de San Pedro y los Siete de Palma, Raúl Abril y José Valero.
El 1 de julio de 1969 Francesc Xicota compra el Roxy a su dueña en aquel momento la señora María Nubiola Fornés, para vendérselo inmediatamente a Josep Lluís Núñez. Una operación planificada, puesto que la señora no se lo quería vender a Núñez porque suponía que lo tiraría abajo, como así fue. Fue una sucia jugada. Y Núñez, al cabo de cuatro meses, el 2 de noviembre, cierra las puertas para siempre y levanta un edificio de pisos. En el momento de su cierre se estaba proyectando “Negresco” (1968) de Klaus Lemke y “El crimen también juega” (1969) de Nino Zanchi, con Laurence Harvey y Ann-Margaret.
Rafael. Septiembre 2010

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