UN AMERICANO EN PARIS
Hoy
hablaré del verdadero motivo por el cual hicimos el viaje a París el pasado 14
de diciembre. Fue para asistir al estreno mundial del musical “Un americano en
París”, en el Théâtre Châtelet.
Los musicales por regla general siempre se han representado
en el teatro y después, con los años, han pasado al cine. “Un americano en
París”, fue primero película y nunca antes pasó por el teatro, hasta hoy en el
Châtelet.
Se trata de una co-producción con Broadway, con estreno mundial en
París, donde ha estado todo el diciembre y el 4 de enero partía hacia Broadway,
donde se estrenará el próximo 13 de marzo en el Palace Theatre de Broadway donde se espera que esté un año (doy
los datos por si alguien está pensando en ir a New York).
Debo
decir que resultó un espectáculo con mayúsculas. Maravilloso. Exquisito. Con un
guión más trabajado que el de la película. Una producción cara (pasó de los 10
millones de euros), con todo lujo de detalles. De gran concepto musical. Un
alarde espectacular en su inicio y un sorprendente final, diferente
estéticamente al film, pero también vinculado a la pintura.
Minnelli en la
película, lo vinculó a los impresionistas, Lautrec, Renoir o el fauvista Dufy… mientras que ahora en el teatro se le ha
vinculado a las vanguardias, Calder, Leger, Miró, Mondrian… con sus colores
primarios. Todo un acierto, lleno de creatividad y elegancia, con un excelente
conjunto de actores, cantantes y sobre todo bailarines. No defraudó la espera (sacamos
las entradas, a finales de septiembre). Valió la pena el viaje y soportar el
frío y la llovizna que siempre hace en París, por estas fechas (regresamos dos
días antes de Navidad). Fue una espléndida forma de finalizar el año.
(Imágenes extraidas del brochure de la obra)
Qui pogués haver estat allí. Me n'alegro molt per vosaltres.
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