Respuesta a Marisa

Paso a contestarte Marisa: En primer lugar decirte que no exageres con tus repetidas gracias, que te agradezco, pero no hay para tanto, simplemente me divirtió escribir ese tema. Pensé que va bien, de vez en cuando, recordar aquello que no debió suceder nunca, recordarlo para que no vuelva a ocurrir.

En cuanto a la pregunta que me haces te diré: Por descontado que hoy en día tenemos censura, solo trasciende lo que los gobernantes deciden que salga a la luz. Hoy la prensa, sin excepción, está comprada, tanto por el gobierno central, como por la Generalitat. Lo que ocurre es que a algunos se les nota más que a los otros. La Vanguardia siempre fue afín a Convergencia i Unió, El País al PESOE, aunque ahora tengo mis dudas en estos momentos, ABC, La Razón, El Mundo y La Gaceta, al PP (a esos cuatro últimos son afines también a la Iglesia, la de la Conferencia Episcopal, como lo es La Cope, y esos son los más bestias).

Este domingo leía una entrevista a Ana maría Moix que decía que “los intelectuales se han bajado los pantalones ante la calculadora” (y yo añadiría que lo mismo ha sucedido con los políticos, las inmobiliarias y lógicamente la banca). “Y que no hay una educación moral y ética” decía también que “el individualismo es feroz”.

Jaime Gil de Biedma opinaba que “un factor importante de la inteligencia era la imaginación para ponerte en el lugar del otro” a lo que la Moix seguía diciendo que tenemos poca imaginación para eso”. También comentaba las palabras de Carlos Barral que en el último capitulo de sus memorias decía: “Está cambiando el mundo, el de la cultura” Y eso que han pasado unos cuantos años. Al final de su vida decía: “La vida cada vez se está volviendo más fea” ¡Y tenía toda la razón!

Ahora todos quieren ser ricos y famosos, es lo único que interesa. Tu pregunta demuestra lo que nos está ocurriendo a todos: que estamos enfadados (yo cabreado) y desconcertados por todo lo que estamos viendo. Impensable tan solo hace unos pocos años atrás. Es hora de dar el puñetazo sobre la mesa ¡y que se oiga! O estamos perdidos.

Rafael Rodríguez-Bella