EN EL METRO DE LONDRES Y PARIS
Transitar
por una ciudad, ya sea la tuya propia o viajando como turista, es inevitable
que en un momento u otro se acabe tomando el metro. Llámese transporte
suburbano, undergraund, “the tube”, metropolitano o simplemente eso: METRO.
El
METRO, que duda cabe, tiene vida propia dentro de la ciudad. En ese mundo
subterráneo, existen tiendas de todo tipo, unas venden pan y pastas, otras
periódicos, hay limpiabotas, vendedores de fruta a todas horas del día, cabinas
de fotomatón, músicos ambulantes, poetas que recitan, cantantes, vendedores de
souvenirs, personal de limpieza, charlatanes, agoreros anunciando el fin del
mundo, policías, ladrones, embaucadores, pedigüeños, curas, monjas, militares y
personal que cada día pega carteles. También hay fotógrafos amateurs o
profesionales que fotografían todo eso. En realidad el METRO es un museo
viviente. Que además está especializado en publicidad.
Circular
por sus corredores, es cómo hacerlo por los pasillos de un imaginario (pero que
es muy real), Museo Publicitario.
Los
laberínticos caminos del METRO albergan todo tipo de estilos, tendencias y
modas en el diseño publicitario. Fotografiarlo es, confeccionar el catálogo de
ese museo y puede hacerse por temporadas. Puedes subdividirlo en diversas
secciones o temas. En mi caso se compone de todo tipo de eventos culturales:
museos, exposiciones, teatro, cine, musicales… Y todo, queda incluido con el
mismo precio del billete del METRO.
¿Quién
no se ha encontrado con un Van Gogh, Renoir, Saul Bass, Picasso, El Greco,
mezclados con Batman o Superman o cualquier personaje de Disney o Pixar junto a
Virginia Woolf o Stephen Sondheim?
Siempre
he dicho, y lo mantengo, que viajar en METRO es también visitar un Museo: el de
la Publicidad.
Tot això és veritat, però el que és més veritat encara és que tot enriqueix a aquell que sap veure i sentir al mirar.
ResponEliminaTot això és veritat, però el que és més veritat encara és que tot enriqueix a aquell que sap veure i sentir al mirar.
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