diumenge, 24 de juliol del 2011

A propósito de Lucian Freud

Durante el transcurso de una cena a la que fui invitado este sábado, un joven comensal lanzó una pregunta, entre medio de los diferentes temas que circulaban sobre la mesa, y tras un comentario de una de las invitadas que quedó destacado en mitad de un silencio que dijo que, el mejor momento de una mujer está entre los treinta y cinco y los cuarenta años y si mucho me apuráis los cuarenta y cinco. El muchacho soltó su pregunta: ¿A qué edad del individuo surgen las grandes ideas, las grandes obras? Algunos opinaron que cuando se es joven (entre ellos quien formuló la pregunta, tenía 25 años). Otros que en la madurez (entre éstos me hallaba yo). Puse como ejemplo, Igmar Bregman y Luchino Visconti. Cada uno dijo la suya. Pero el único que aportaba nombres fui yo, en cada intervención que tuve. Se habló de los grandes inventos de la antigüedad. En ese terreno opiné que la vida del hombre en aquellas épocas era más corta. Por tanto deberían aplicarse unos criterios de similitud. Más adelante propuse nuevos ejemplos: Miró, Tapies, Velázquez, Goya, Lucien Freud. En cuanto a Miró generalmente opinaron que preferían su primera época. De Tàpies curiosamente nadie supo definirse, reconociendo problemas de gustos personales. En cuanto a Velázquez y Goya, dijeron que era evidente. Y de Lucien Freud, solo uno lo conocía y dijo que fue siempre un pintor reconocido, desde sus inicios, pero solo revalorizado en sus últimos años. No quedaba aclarada la pregunta. El muchacho siguió en sus trece pero en una sola temática, los músicos: rock, jazz, soul,… Saqué nuevos nombres: Frank Lloyd Wright, Jean Nouvel, Richard Rogers, Frank O. Ghery, todos ellos su arquitectura más personal la han producido en su madurez. Entonces el joven comensal argumentó que todos estos arquitectos tenían en sus talleres colaborando gente muy joven. No se llegó a conseguir unanimidad de criterios. Pero la cena siguió con muestras por parte de todo el mundo de tener mucho apetito y el anfitrión nos complació en todo. En eso si hubo unanimidad. Rafael






4 comentaris:

  1. O sea que les apabullaste, eh? No es cuestión de edad, es cuestión de saber. Y tu sabes mucho, querido. Besos

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  2. No querida allí había gente de mucho saber, seguro que más que el mío. Profesores habían dos. Y dos editores que habían trabajado en Planeta y RBA. El muchacho es un buen traductor de italiano. Ha sido un fin de semana en Ripoll muy emotivo. Ya os contaré.

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  3. Cuenta, cuenta.
    Ah! i totalment d'acord: L'edat ideal d'una dona està entre els 35 i els 45 anys. Què m'has de dir, que ho recordo com si fos ahir? je,je.

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  4. Evidència no discutible (a los hechos me remito) la creació no pot ser feta, fora casos molt especials de geni o de "sonó la flauta por casualidad", més que en la maduresa. La creació traspua la riquesa interior i per tant quan més n'hi hàgi, millor.
    Un cas completament diferent i no comparable és l'edat ideal de la dona. Segons per a què seria la primera premisa a tenir en compte.
    Sigui com sigui em quedo amb els madurs (segons per a què, també). Estem parlant de creació, és clar.

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