Dicen que
siempre se regresa al lugar del crimen, bien pues, algo más o menos parecido,
nos ha hecho regresar allí, al 222 del Bd. Saint Germen, la dirección donde
actualmente reside el Musée des Lettres et Manuscrits. La foto que he puesto
como inicio, corresponde al cartel (sí ya sé, me diréis que siempre hablo de
carteles), de la actual exposición temporal que lleva por título ese fragmento
de una carta que escribió Léon Bloy a su amada Jeanne Molbech y que sirve de
reclamo a las “Correspondances Amoureuses”.
La carta de
Bloy inicia con un delicado: “Ma petite Jeannette adorée, je n’ai rien du tout a
te dire, sinon que je t’aime avec une tendresse infinie…”
El amor se
transforma en algo poético bajo la pluma de Jacques Prévert: “Ça m’ennuie de te
savoir souvent sous la pluie avec des chaussures qui peuvent prendre l’eau”.
También se exponía el manuscrito de la canción de Serge Gainsbourg: “Je
t’aime…moi non plus” que la cantó a duo con Brigitte Bardot y después lo hizo
Jean Birkin. O la maravillosa letra de Jacques Brel: “Oh mon amour, mon doux,
mon tendre, mon merveilleux amour, de l’aube claire jusqu’à la fin du jour, je
t’aime encore tu sais je t’aime”. Toda una época en que la declaración de los
grandes amores se escribían en apasionadas cartas.
También las
había de eróticas y de explícitas sobre el sexo de la amante. Cartas de hombres
a mujeres y de hombres a hombres. Y también de rupturas amorosas, exacerbadas,
desesperadas: “Je t’aimais tant! Porquoi m’avoir trahie! Porquoi remplir aiusi
mes yeux de pleurs!”.
Habían cartas
que jamás fueron correspondidas, como las que escribió Saint-Exupéry a una
muchacha cuya identidad hoy en día, sigue sin conocerse.
“Mon amour si
beau…” así empezaba una carta escrita por Edith Piaf y enviada a su amante, el
ciclista Louis Gérardin Totó y en el sobre se podía leer: “Mr. Ma Merveille rue du Bonheur à Amour éternelle
(Paradis)"
A
la salida nos esperaba una visita al Institut des Lettres et Manuscrits en la
cercana 21 rue de l’Université para contemplar el mítico “rouleau” manuscrito: “120
journées de Sodome ou L’École du libertinaje” que el marqués de Sade escribió
en 1785 mientras estuvo prisionero en la Bastilla. Fue escrito en pequeños
pedazos de papel, por las dos caras, y luego unió cada pedazo correlativamente
hasta alcanzar una longitud de 12 metros. Pero el escrito se quedó abandonado
en la Bastilla, cuando el marqués fue trasladado al Hospice
Charenton-Saint-Maurice. La Bastilla fue después asaltada durante la revolución
y Sade no volverá a ver su manuscrito. Será años después que aparecerá a manos
de una familia poderosa. Pero esa es otra historia.
Vosaltres què? Preparant el Nadal? Doncs BONES FESTES!
ResponEliminaQue interessantíssim això del diví marquès. Espero anar a París i no perdre'm-ho. No en tenia ni idea. Una boba troballa. Una ciutat és com una pedra llençada en un estany, les onades mai s'acaben.
ResponEliminaI les cartes d'amor! Saps que jo en tinc una allí? Es diu la carta mai enviada i l'original el guardo jo per sempre.
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