SOROLLA
Pues señor, vistos vuestros lares,
situados en la mansión de Sorolla, en Madrid, deciros que en nuestra ciudad de
Barcelona, y sin necesidad de coger el Ave, hemos podido deleitarnos (como no
podría ser otra cosa), con una exquisita exposición del maestro que lleva el
Mediterráneo en las venas y el pincel. Todo y siendo una muestra variada y
consistentemente preparada, no es una muestra extensa y digo esto, porque
exponer a Sorolla, nunca lo será, puesto que, cuando uno lee que hizo una
exposición con 450 cuadros, resultará siempre pequeña, sea dónde sea que se
haga. Pero lo expuesto en CaixaForum, es de mucha calidad y te deja satisfecho.
Pero es que exponer a Sorolla siempre resultará gratificante, porque es un
artista/pintor de obra fresca, de pincelada amable, espontánea, agradecida y no
se me mal interprete como términos peyorativos que en absoluto.
Su pincelada es
hasta voluptuosa, por cómo envuelve a sus personajes, por cómo se mece entre
las aguas, bajo la presión del sol, porque hay instantes que el color quema
sobre la arena. Porque sus blancos ciegan y sus azules/verdosos nos atraen
inevitablemente. Porque por más que se esfuerce en pintar el Cantábrico y
mostrarlo embravecido en aguas turbias o
con neblina, no logra hacernos olvidar su Mediterráneo, nuestro Mediterráneo,
bañando niños desnudos y madres aguardándolos con los brazos extendidos,
esperando cubrirlos con blancas toallas. Sorolla te incita a pintar, porque
llegas a creer que es fácil. Pero luego, sabiendo que lo ha logrado después de
iniciar sus estudios artísticos a los quince años en la Escuela Oficial de las
Bellas Artes, y que después de que se ha llegado a cansar del clasicismo y su
alma de verdadero artista le pide dejarlo y emprender su propio camino, su
estilo personal, aquel que desea pintar lo que sus ojos ven. Pero además, ves
que aquella pincelada que tanto me atrae, es además, una pincelada segura y te
das cuenta que además es rápida. Y piensas, ¡qué poco le debían durar las telas
en el caballete! Y claro, entiendes que expusiese 450 obras en una sola
exposición y en otra 150 obras. ¿Existe hoy en día alguien que pueda exponer
tanta obra? Pintaba rápido, eso está más que claro, pero pintaba más que bien.
Y siempre con el mismo nivel. Pintaba lo que veía, con pincelada “fácil” (ahora
me río de mi desgraciado adjetivo), con pincelada segura, descargando el color
exacto, el que cada cuadro requería. Impresionista sí, realista sí,
costumbrista sí, apasionado también, pero por encima de todos los “ismos”, es y
será SOROLLA CON MAYÚSCULAS.
Pues si señor, dicho queda..
ResponEliminaSí, efectivament, l'exposició de Barcelona està molt bé però jo tenia ganes ja fa molt temps de conèixer el que fou la seva casa. En una de les habitacions, una sala-estudi vaig comptar 54 quadres seus més mil altres coses. Era un apassionat de la vida, cosa que ja es veu en les seves obres i també en el seu entorn.
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