dimecres, 2 de maig del 2012



FOTO DE ESTUDIO
Y FOTOGRAMA DE “PARSIFAL”

LUDMILA TCHERINA


Lo prometido es deuda. Así que paso a recordar a Ludmila Tcherina la gran bailarina francesa descendiente de una familia noble rusa que fue también artista de cine, además de pintora, expuso en galerías importantes en diferentes países y en el Centro Pompidou. Como escultora hizo varias exposiciones, tiene una escultura en el recinto de la Expo de Sevilla de 1992, otra la escultura “Europa à Coeur”, elegida en 1991 símbolo de la Unión Europea y que se halla en el Parlamento Europeo. Otra pieza suya la “Europa Operanda” realizada en 1994 que se halla actualmente en la terminal francesa del Eurotunel. También escribió dos novelas: “L’amour au miroir”(1983) y “La femme a l’envers”(1986).
La vi por primera vez en “Parsifal” (1951) de Daniel Mangrané, donde interpretaba dos papeles: el de la madre de Parsifal y el de Kundria, la belleza de largos cabellos negros que en los jardines de Klingsor se ofrece desnuda y enamorada a Parsifal. La actriz, de una belleza diferente a las españolas del cine del momento, llamó la atención inmediatamente. Fui un admirador suyo, pero me resultó misteriosa, no sabía nada de ella, de dónde había salido y quién era exactamente aquella mujer. Pero pronto volvería a primer plano cinematográfico con el estreno, en 1953, en el cine Tívoli de “Los cuentos de Hoffmann”(1951), junto a Moira Shearer y Leonide Massine (los mismos intérpretes de “Las zapatillas rojas”(1948) y el mismo director, Michael Powell). Entonces supe que Ludmila Tcherina había aparecido en “Las zapatillas rojas” de manera que, a la primera ocasión que tuve, en una reposición, volví a ver aquel film para fijarme en su actuación. Así fue como esta bailarina entraba a formar parte de mi listado de actrices favoritas. Pero no apareció de nuevo hasta la producción de 1954 “Atila, rey de los hunos” de Douglas Sirk con Jack Palance y Cheff Chlander, uno de los primeros films en CinemaScope de la Universal. Pero donde adquirió protagonismo absoluto fue en “Luna de Miel” (1959) de nuevo bajo las órdenes de Michael Powell, rodado en España. Era una co-producción hispano inglesa, en la que intervenía como protagonista el bailarín español Antonio. Con los años fui enterándome de la buena amistad que les unía a ambos. Que Tcherina era una asidua visitante de nuestro país donde hizo muchas amistades. Fue una gran admiradora de la danza española llegando a interpretar el ballet de “Los amantes de Teruel” que ya se insinuaba en el film de 1959. En “Luna de miel” Antonio y ella bailaban juntos. Antonio tenía una actuación con su compañía, con Rosario de primera bailarina, del baile de “La danza del fuego” de Falla. Visto hoy el film es impagable. Es la historia de una pareja en viaje de novios, Anthony Steel y Ludmila Tcherina, por nuestro país. Ella bailarina que ha dejado el baile para dedicarse a su matrimonio, se encontrarán con un temperamental Antonio que está ensayando su nuevo ballet y le pedirá a Tcherina que baile. Pero antes no se encuentran, se pueden ver usos y costumbres de la España de los sesentas en Andalucía, Avila, Madrid, de la gente, de la policía, los guardias civiles, un retrato de lo que era España entonces. Todo un documento. La última noticia que recuerdo vagamente de haberla leído en algún periódico, fue que en 1972, Ludmila Tcherina se hallaba en Barcelona rodando una Salomé en el Parque Güell, para la TV francesa. Murió en el 2004 tras una larga enfermedad a la edad de 80 años, en su lujosa mansión de París.

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