dilluns, 21 de maig del 2012

1. “Aquel hombre, eterno revolucionario, luchador incansable, terminaría sus días privado de libertad, en un oscuro calabozo, desde el que, cada mañana, esperaba con ansiedad, ver por su pequeño ventanuco, a una muchacha, sacar el cuerpo por su ventana, para tender los pañales de un bebé. Comparaba el hombre, la diferencia de tamaño de las ventanas que los separaban y a la vez unían, con el grado de libertad que poseían y que, aún siendo mucha, se decía para sí que tampoco debía ser completa para aquella mujer. No obstante, se la hubiese cambiado, a buen seguro.” Cerró el libro. Se terminó la lectura, se dijo, hay que salir a entregar el trabajo.

1 comentari:

  1. Quantes coses suggereixes amb poques paraules. Mai no podem deixar de sorprendre-nos amb el poder que tenen.

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