Disculpad el retraso, pero solventados unos pequeños problemillas sigo con la última parde de
SHOW
BOAT
y 2ª
parte
Paso ahora a hablar de la
representación que se ha visto, perteneciente a la Ópera de San Francisco, que la
ha llevado de nuevo a los escenarios. Se trata de una producción que venía de
la Ópera Lírica de Chicago (donde inició su andadura en 2012) y que había
pasado por la Huston Grand Opera y la Ópera Nacional de Washington. Pero en San
Francisco se cambiaron algunos de sus cantantes.
El personaje
del estibador negro, hoy lo hemos visto interpretado por Morris Robinson,
entregándose con magnificencia en su rol. La otra cantante de color, la
juguetona, simpática y optimista cocinera Queenie corrió a cargo de la estupenda
soprano Angela Renée Simpson, aunque su agilidad y expresividad, no estuvo a la
misma altura de su voz.
Magnolia y Ravenal: Estos personajes
estaban interpretados por la bellas voces de la soprano Heidi Stober y el
barítono Michael Todd Simpson, que tiene que interpretar sus coqueteos
musicales en la cubierta de ese teatro flotante, pero Todd no se puede decir
que sea demasiado expresivo en su interpretación.
Patricia
Racette en el papel de Julia.
La dirección
de este espectáculo corrió a cargo de Francesca Zambello que lo saca a flote,
con la ayuda de la elaborada escenografía de Peter J. Davison y la coreografía
de Michele Lynch, cuya parcela quizá sea la más floja del espectáculo, ya que
tan solo ha contado con tres parejas de baile, por parte de la compañía blanca
del barco y tres parejas para los comparsas negros, una lástima, pero justo es
decir que los bailarines negros superan a los blancos, en cuanto a agilidad y
ritmo. Dirige la orquesta John DeMain.
No obstante, todos cumplen con alto
nivel, pero sin llegar a ser ese gran espectáculo que requería el asunto, como sí
lo fue por ejemplo, el montaje que tuve la suerte de presenciar en el escenario
del London Palladium en 1990 que representó la Opera North, conjuntamente con
The Royal Shakespeare Company, y que en cada momento me venía en mente,
inevitablemente.
En cuanto a la
pareja cómica eran demasiado mayores para su papel, sobre todo ella que es la
eterna aspirante a primera actriz de la compañía del Cotton Blossom. Además les
falta saber bailar, quizá porque tenía en mente a los enérgicos bailarines
Marge y Gower Campion del film “Magnolia”.
Todo y así, la
hemos podido disfrutar gracias a su bella música y a unas buenas voces, pero al
menos para mí, no ha estado a la altura de lo que esperaba, tratándose del
teatro de la Ópera de San Francisco, ya que creía que una gran capital como
ésta ofrecía espectáculos de primerísimo nivel. Y no quiero que se interprete
que lo visto ha sido malo, ni mucho menos. Solo que esperaba mucho más.
I jo que me n'alegro de la teva recuperació.
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