6. Un caso de prostitución
Había
pasado una semana desde mi encuentro con Nolan y no se habían producido más
noticias al respecto. Todo parecía hallarse en calma. La vida seguía
monótonamente como correspondía a una ciudad de provincias, donde nunca pasa
nada. Pero yo sabía que sí pasaban cosas. Y si no pasaban me las inventaba,
para algo soy escritor. Mis inquietudes no me permitían no encontrar un suceso,
al menos a la semana. De lo contrario resultaría muy aburrido. Así que, aquella
fría mañana de un desapacible otoño, me preguntaba durante mi desayuno, qué
debería estar haciendo Nolan. Y si habría interrumpido su calma aquel extraño
doble suyo. Así que pensé en llamarlo luego.
Entró
mi mujer diciendo que habían traído el periódico.
—¿No
es ese tu amigo Nolan?—preguntó mostrándome la portada.
Cogí
el diario extrañado por su pregunta.
—Sí,
si lo es —dije sorprendido.
—¡Pues
baya tipejo!
Aparecía
su foto en portada, a gran tamaño, junto al titular: ”El detective Nick Nolan
involucrado en un caso de prostitución”.
—¿Será
posible?
—Yo
de ti, elegiría con más cuidado tus amistades, querido.
—¡El
doble! ¡Ha actuado el doble, seguro!
—¿Qué
doble? ¿De qué hablas?
—De
nada—contesté.
Cogí
el abrigo y el sombrero y me planté inmediatamente en la calle.
vaya, que no baya que és el fruit.
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