4. ¿Entonces era cierto?
Tuve
que hacer un esfuerzo para reponerme por lo que acababa de decirme.
—¿Entonces
es cierto?
—Eso
parece. Pero, ¿cómo? ¿Acaso sabes algo al respecto?
—Sospechas,
solo sospechas. Por eso he venido —y le alargué la nota.
La
leyó detenidamente.
Supuse
que no era tuya, le dije, pero quería que me lo confirmaras y en todo caso que
lo supieses. Pero ya veo que llego tarde, como siempre. Nolan siempre va por
delante. No fue ridículo lo que sentí, fue la decepción que siempre me embargaba,
cuando intentaba pasarle alguna noticia o información. Siempre me ocurrió
igual. Debí pensar que volvería a sucederme de nuevo.
—¿Tienes
idea de quién es?—pregunté.
—Ni
la más remota idea, esta vez. Tendré que empezar a indagar. Aunque la verdad, no
sé por dónde empezar. Nunca me había ocurrido nada tan absurdo como esto. Y si
quieres que te diga la verdad, tampoco me preocupa demasiado. Se tratará de
algún perturbado, un chiflado que no tiene otra cosa que hacer. Alguna broma
pasajera y que quizá nunca lleguemos a saber quién fue. ¿Qué importancia puede
tener? No creo que deba preocuparnos. A mi por lo menos de momento no me
preocupa.
Quizá
tenía razón, quizá le di demasiada importancia. Porque, al fin y al cabo,
aquello no conducía a nada.
—¿Qué
tal el café?
—Está
bueno. Es fuerte, como a mi me gusta.
—Y
quién sabe, quizá a partir de ahora te persigan las mujeres, como al tipo ese
de la tele.
Em fa gràcia tornar a seguir les "aventis" de'n Nolan; sembla que el temps s'hagi aturat i ja fa 8 anys.
ResponEliminaEts mestre en el dir sense explicar res i fer-nos quedar com a gossets expectants amb les potetes juntes i treienht la llengua, esperasnt més menja deliciosa.
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