EL PUENTE
DE LOS ESPIAS
Esa misión imposible que me impongo
cada año, para ver los films nominados a los premios Oscar, y que por supuesto,
no logro verlos todos, este año empezó con el film de Steven Spielberg “El
puente de los espías”. Decir de entrada, que fue un acto de militancia
cinematográfica, porque lo cierto es que me interesaba bien poco. Sí, tal como
suena, aunque a muchos les pueda parecer raro o no estén de acuerdo. Pero este
cineasta que en los tiempos de su “Tiburón”, se le llamaba “el rey midas”,
siempre me ha interesado relativamente poco, salvo en unas escasas ocasiones
(“Encuentros en la tercera fase” es una de esas excepciones). Me explico:
Spielberg hace un cine técnicamente perfecto o casi, asegura al público una
buena dosis de espectáculo, resuelve la papeleta correctamente, pero no
consigue llegar a lo que yo entiendo como cine de autor y eso que ha tocado
temas que le hubieron ido estupendamente. Practica un buen cine, pero en casos
como el que ahora nos ocupa, no logra imprimirle ese sello de “autor” que tan
bien le hubiese ido. Era lo que me temía, y así ha sucedido. Es un film que da
la sensación de haber sido visto en anteriores ocasiones, en blanco y negro y
con presupuestos menores. “El puente de los espías”, está bien hecha, está bien
dirigida, los escenarios perfectos, las interpretaciones buenas (las de los dos
protagonistas, aunque yo prefiero la de Mark Rylance, que con justicia está
nominado para el Oscar). Pero al film le falta ese sello de “autor”, que
Spielberg nunca llega a alcanzar.
INSIDE
OUT
(Del
revés)
La fui a ver, el primer día de su
estreno (en v.o. por supuesto, como todas las película que veo). De eso hace ya
muchos meses y si hoy escribo sobre ella, es porque se halla nominada al Oscar
al Mejor Film de Animación.
Efectivamente, esperaba su estreno
con gran anhelo. Siempre me sucede lo mismo cuando se trata de un film de
Pixar. Pixar es sinónimo de buen cine. Cine inteligente. Cine que va por
delante de la mayoría del cine que se hace actualmente. Y además es cine de
dibujos animados, otra debilidad mía. Cuando digo que va por delante, me
refiero tanto a dibujos animados como cine de imagen real.
Pero la apuesta, ha sido esta vez,
de órdago. ¿A quién se le podría ocurrir rodar un film al que se le da vida a
las emociones, y se les da rostro además, a los recuerdos, a la construcción de
la personalidad? ¿Un film de dibujos animados que en principio se le atribuye
que va dirigido al público infantil y resulta ser lo que podríamos llamar un
manual psicológico, para que entendamos como funciona la mente? Pues sí, aunque
pueda parecer sorprendente, de eso se trata, el nuevo film de Pixar. Y
curiosamente los niños lo entienden perfectamente (doy fe de ello, fui
acompañado de mis nietos). Un guión perfecto, unas situaciones logradísimas,
unas imágenes deliciosas, situadas en la mente de una niña, dando vida a la
Alegría, al Miedo, a la Creatividad, al Enfado, al Centro de Control de las
Emociones…
Y dicen, que realizan películas para
los niños, pero yo diría que esconden siempre dentro de la manga, cómo provocar
la catarsis emocional en los mayores.
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