dilluns, 19 de desembre del 2011



Termómetro del
Cambio Cultural
Desde las últimas elecciones municipales ya han empezado a surgir los primeros brotes (palabra mágica del gobierno socialista) del Cambio Cultural que se avecina.
INTRODUCCIÓN:
“Comença el Ball de Bastons”: y lo hace cambiando los directores de los museos. El del Picasso pasa al Mnac, la del Mnac pasa al de Cerámica, y ahora le toca a Josep Ramoneda del CCCB. Este último, el cambio es muy significativo e importante, el más grave e importante de todos, yo diría. A Ramoneda se le acababa el contratado a final de mes. Llevaba como director del CCCB, aparte de ser su creador e inspirador, desde que se creó (lo creó), en 1994, fecha en que fue inaugurado. Y ahora en noviembre de este año (2011), han pasado 17 años, el presidente de la Diputación, Salvador Esteve (CiU) le comunica que no se le renovará el contrato que expira el 31 de diciembre.
ANTECEDENTES:
CiU obtuvo el control de la Diputación gracias a colaborar con el PP absteniéndose en la votación, para que saliese como alcalde Albiol (vamos lo que se dice un intercambio de cromos). Y aquí no pasa nada. Quiero decir que la protesta de los demás partidos no sirvió de nada. Y gracias a eso ahora paga el pato Josep Ramoneda.
LA PROTESTA:
El pasado día 12 se publica una carta en la que un grupo de 60 intelectuales de todo el mundo, lamentan la destitución (porque es una destitución, hablemos claro), de Josep Ramoneda. En ella hay firmas como Tzvetan Todorov, Ismail Kadaré, André Glucksman, Erick Hobsbawn, Andreas Huyssen, Zygmunt Bauman, (al cual tuve la suerte de asistir a su charla con Joan Subirats, en el Auditori de La Pedrera –todo un lujo-), Paolo Flores d’Arcais, Laura Balbo, Roger Bartra, Ian Buruma, Iain Chambers, Jean-Louis Cohen, Michael Cohen, Krzysztof Czyzewski, entre otros.
EL POR QUÉ DE LA PROTESTA: (A la cual yo, también me sumo)
Porque esta es una de las múltiples consecuencias del cambio de color político al frente de todas las instituciones catalanas. Porque peligra la continuidad del CCCB. Porque tal y como ha dicho Ramoneda: “Era un proyecto atípico que nació con voluntad de crear un modelo. Modelo de equilibrio complejo, del que es muy difícil mutilar una parte sin cargarse el todo: cursos, festivales, exposiciones (las únicas de gran nivel en nuestra ciudad), conferencias.” Pero además hay algo muy importante: Estos días se ha oído decir que el Macba (vecino del CCCB) quiere ocupar salas del CCCB. “Eso supone cargarse el CCCB”: Ha dicho Ramoneda.
LO QUE NO QUEREMOS:
No queremos es que regrese “la cultureta” que es la única visión que tiene CiU, con esa estrechura de midas que tiene el partido afincado, de nuevo, en la Generalitat. Por eso molestaba Josep Ramoneda, porque él era (es) cosmopolita y democrático. Ramoneda nunca ha entendido qué es ese “Nacionalismo Moderno” como a los convergentes se les llena la boca. El CCCB, o mucho me equivoco o pasará a ser un exponente más de la pobre cultura localista, ahora eso sí, muy catalanista. A eso vamos. No a una Catalunya moderna de verdad, como la que tuvimos antes de la guerra. Lo que siempre han presumido los hombres de Mas y Pujol “capdaventers”, pero eso es pedir peras al olmo y así se verá, porque serán incapaces con su política de derechas y con la iglesia de por medio, de llegar a ser “capdaventers”, así no lo serán nunca. Pero lo peor del caso es que cuando alguien lo consigue, a ese, se lo cargan. Siempre se ha tenido envidia de quien triunfa o destaca. De aquel que logra situarse a años luz del ideario conservador como el de CiU. Y por desgracia hoy por hoy CiU está aposentado en todas las instituciones: Generalitat, Diputació y Ayuntamiento, apoyado además por el PP. Quién los ha visto y quién los ve. Los que dijeron que jamás pactarían con los que pusieron un recurso al Estatut.
¡Sálvese quién pueda! No quiero pensar que si un día alcanzásemos la Independencia y tuviésemos que estar gobernados por CiU, sería inaguantable. Porque un país que no permite que hablen libremente los intelectuales, a un país que la cultura está en manos de los políticos, y además, de miras estrechas, está abocado a perder su identidad.
Y eso es lo que no queremos.
No queremos un CCCB con un director convergente. Y lo digo no ya pensando en nosotros, el público visitante, sino pensando en los empleados, esos excelentes profesionales que han demostrado siempre, estar a la altura de las circunstancias y ahora sufrirán las consecuencias.
Josep Ramoneda siempre tendrá todo mi apoyo en cualquier propuesta que nos quiera hacer.
Rafael Rodríguez-Bella 18 diciembre 2011

1 comentari:

  1. Cal precisar que la Maite Ocaña, antiga directora del Picasso i després del MNAC,farta de les intrigues palaciegues, ha passat al de Ceràmica però com a simple Conservadora (d'incògnit, com aquell que diu).

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