II
El gran caruso
La década se inició con la producción de la MGM “El gran Caruso” (1950) con Mario Lanza, acompañado de Ann Blyth. Se estrenó en 1951 en el Radio City Music Hall de New York, cosechando un enorme éxito allá donde fue. En el film aparecían grandes figuras de la ópera del Metrpolitan Opera House de New York como, Dorothy Kirsten, Nicola Moscona o Blanche Trebom. En el guión intevino la viuda de Caruso que por aquel entonces había publicado su libro: “Mi vida con Caruso”. Fue el momento cumbre de la vida profesional de Lanza, que llevaba rodadas anteriormente dos películas. El cenit de la popularidad le llevó a considerarse mejor que Caruso y a convertirse en un actor de carácter insoportable. Falto de disciplina, acompañado del abuso del alcohol, drogas, grandes comilonas que tenía que armonizar con dietas drásticas y raciones de pastillas para adelagazar. Eso le impidió rodar “El príncipe estudiante” la opereta de Sigmund Romberg que protagonizó Edmund Purdon y a la que Lanza solo pudo poner su voz. Harta la MGM rompió su contrato y empezó su declive hasta que murió de un infarto en Roma. “El gran Caruso” se estrenó en Barcelona el 24 de octubre de 1952 en el cine Windsor Palace. Ni que decir tiene que, como a la mayor parte de los jóvenes y público de la época, a mi también me entusiasmó. Años más tarde, supe que en una entrevista a Josep Carreras, dijo que quedó impresionado por la voz de Lanza y que él quería ser un cantante también como él, algo así dijeron también, Plácido Domingo y Luciano Pavarotti. Y debido a ello, seguimos sus films posteriores como: “Porque eres mía”, “El príncipe estudiante” o “Serenade” (Dos pasiones y un amor).
“El gran Caruso” provocó el aluvión de películas basadas en óperas o compositores, sobre todo en Italia. Y que llegarían a nuestras pantallas con un año o dos de retraso, respecto a sus estrenos en sus países respectivos.
CONTINUARÁ…
Continua que té molt ganxo almenys per mi.
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