Parafraseando a Walter Benjamin
Cuando pienso
sobre literatura, en el momento actual que vivimos, de forma automática viene a
mi memoria lo que decía Walter Benjamin sobre el “rápido lenguaje” como el de
“la octavilla, el cartel, los artículos en revistas” y yo añado, periódicos
también, como los únicos que pueden hacer surtir efecto ante la opinión pública
para que pueda estar “a la altura del momento”. Decía también Benjamin: “las
opiniones son lo que el aceite es para las máquinas”. Pues engrasemos la
maquinaria del entendimiento, para ver claro cuanto nos están haciendo en
contra, desde el gobierno, promulgando leyes restrictivas y coactivas y si no
actuamos, para remediarlo, mejor será que nos dediquemos a crear una oficina de
objetos perdidos.
Evito
acostarme temprano. En el silencio de la noche, escucho mis relatos. El sueño
me los arrebata, imponiendo los suyos que desaparecen a la mañana siguiente,
sin dejar rastro. Por eso evito acostarme temprano.
Hablar del
mundo de la noche y el mundo del día, es como hablar de recogimiento y
desolación. La luz daña los ojos de la mente, lo desbarata todo y te deja solo
en medio de la vorágine. Has perdido el amparo nocturno de tu ser más íntimo.
Por eso evito acostarme temprano.
La noche es lo más claro que puedes ver. Su oscuridad te permite
escribir diáfanamente y tu soledad, en mitad de la negrura, crece hasta
sentirte acompañado por tus pensamientos que van fluyendo y arropándote cual
manto celestial. Por eso evito acostarme temprano.
Y sigo como cuando era niño: tras las cortinas. Escuchando y
observando sigiloso, esperando no ser visto. Así, fui haciendo mío, el mundo
que había al otro lado. Y sigo.
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