Encontrábame sumida
en un muy gran quebradero
de cabeza, para hallar
un nombre que venga al pelo.
De las musas invoqué
ayudas a mis desvelos,
y a los sabios que, allá en Grecia
discurren con grandes duelos.
Polimnia y Blas danzaban,
Terpsícore lo observa
y, mientras, Tales pensaba.
Melpomene con Misón
de tragedias conversaban.
Clio, que la épica adoraba,
poesías recutaba.
Cleóbulo la escuchaba,
Urania atenta seguía
el discurso que Quilón
a Calíope dirigía.
Euterpe y Pitac se amaban,
Erato le sonreía
a Talía que miraba
tras la máscara escondida.
¡Ah! y el gran sabio Solón
contento los contemplaba,
mientras de mí se olvidaban
sin darme una solución.
Más, de pronto, yo pensé:
si todos los del Taller
las seis artes cultivamos,
nos apasiona el saber
y hasta el cine, que es la siete
intentamos conocer...
No hay nombre más apropiado,
esto bien salta a la vista.
¿qué os parece, compañeros
EL TALLER RENACENTISTA?
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