PEPITO GRILLO ESTÁ DE LUTO
A los cinéfilos se nos ha muerto el muchacho, el hombre, el personaje, rebelde por antonomasia, siempre rodeado de otros célebres rebeldes del cine americano. Azote de la sociedad americana.
Con esta introducción, y no podía ser otra, me estoy refiriendo a la lamentable noticia de la muerte de Dennis Hopper. Que alguien se muera siempre es triste. A veces, incluso, muy triste. Pero hay circunstancias en la vida, y el cine es como la vida misma que sientes que se mezcla la tristeza con la rabia cuando desaparece un artista como Hopper. Creativo cien por cien: actor, director, fotógrafo, pintor, escritor, lo que se dice un verdadero hombre de las artes. Siempre comprometido y siempre tuvo el acierto de ser la piedra que se mete en el zapato para con sus compatriotas. Crítico con el sistema, auténticamente rebelde como lo fueron los personajes que interpretó en “Easy rider”, “Rebelde sin causa”, “Johnny Guitar”, “Gigante”, “Duelo de titanes”, “El amigo americano”, “Apocalipse Now”, “La ley de la calle” o “Terciopelo azul” que fueron títulos en los que representaba, en buena medida, su propia forma de ser, al igual que haría en las películas que dirigió, algunas de ellas caóticas, pero siempre llenas de creatividad e ideas. Fue mucho más que un Jiminy Cricket (Pepito Grillo para nosotros) para los americanos bien pensantes y acomodados. Lo dicho, la piedra en el zapato, incluso lo fue para él, durante aquella década de su vida en la que descendió al infierno de las drogas y el alcohol. En “Apocalipse Now” daba la sensación de que estaba totalmente colocado, y lo estaba, pero se daba la circunstancia de que en este estado conseguía sus mejores interpretaciones. Personaje problemático, por su rebeldía, contestatario contra el militarismo y duro con el salvaje capitalismo.
Al final de su vida, su rostro nos mostró un inquietante reflejo de la esperanza perdida y a la vez se fue erigiendo en el símbolo de las rebeliones fracasadas. Había en él un rictus de amargura, añadido al deterioro físico al que le sometió su cáncer de páncreas. Descanse en paz que ya se lo merecía. Toda su vida fue un esfuerzo continuo por mantenerse lúcido e incómodo. Y eso le fue agotador. No le resultó nada fácil.
Rafael 30/5/2010
Con esta introducción, y no podía ser otra, me estoy refiriendo a la lamentable noticia de la muerte de Dennis Hopper. Que alguien se muera siempre es triste. A veces, incluso, muy triste. Pero hay circunstancias en la vida, y el cine es como la vida misma que sientes que se mezcla la tristeza con la rabia cuando desaparece un artista como Hopper. Creativo cien por cien: actor, director, fotógrafo, pintor, escritor, lo que se dice un verdadero hombre de las artes. Siempre comprometido y siempre tuvo el acierto de ser la piedra que se mete en el zapato para con sus compatriotas. Crítico con el sistema, auténticamente rebelde como lo fueron los personajes que interpretó en “Easy rider”, “Rebelde sin causa”, “Johnny Guitar”, “Gigante”, “Duelo de titanes”, “El amigo americano”, “Apocalipse Now”, “La ley de la calle” o “Terciopelo azul” que fueron títulos en los que representaba, en buena medida, su propia forma de ser, al igual que haría en las películas que dirigió, algunas de ellas caóticas, pero siempre llenas de creatividad e ideas. Fue mucho más que un Jiminy Cricket (Pepito Grillo para nosotros) para los americanos bien pensantes y acomodados. Lo dicho, la piedra en el zapato, incluso lo fue para él, durante aquella década de su vida en la que descendió al infierno de las drogas y el alcohol. En “Apocalipse Now” daba la sensación de que estaba totalmente colocado, y lo estaba, pero se daba la circunstancia de que en este estado conseguía sus mejores interpretaciones. Personaje problemático, por su rebeldía, contestatario contra el militarismo y duro con el salvaje capitalismo.
Al final de su vida, su rostro nos mostró un inquietante reflejo de la esperanza perdida y a la vez se fue erigiendo en el símbolo de las rebeliones fracasadas. Había en él un rictus de amargura, añadido al deterioro físico al que le sometió su cáncer de páncreas. Descanse en paz que ya se lo merecía. Toda su vida fue un esfuerzo continuo por mantenerse lúcido e incómodo. Y eso le fue agotador. No le resultó nada fácil.
Rafael 30/5/2010
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