diumenge, 29 de novembre del 2009

La columna de Rafael

LA COLUMNA DE RAFAEL

VI


Sin venir a cuento, he recordado lo que nos decía una vecina, cuando éramos niños y jugábamos en su casa: “Me rayáis el parqué con vuestros zapatos arañosos”. Curiosa expresión. Me quedó grabado, ese pretendido adjetivo calificativo “arañosos”, inexistente. Recuerdo que lo busqué, inocente de mi, en el diccionario, y obviamente no tuve suerte. No lo hallé. Pero acabó gustándome. Hoy lo he vuelto a recordar, no sé por qué. Y se me ha ocurrido asociarlo con la imagen de Tina Pica, la criada Caramela, de la serie de films “Pan, amor y…” de tanto éxito, hallá en los años 50. Ella enfundaba sus pies, y obligaba también a hacerlo al comandante Carotenuto (Vittorio De Sica), con unas fundas de fieltro para no rayar el suelo encerado. Ahora pienso que mi vecina hubiese sido feliz poseyendo aquellos artefactos.
“Arañoso”, que duda cabe que provenía de arañar y dándole vueltas al tema me vienen a la memoria las afiladas y largas uñas de “Nosferatu el vampiro” de Murnau y las viscosas de “Alien”. Las de “La mujer araña”, uñas para arañar, las uñas de “Vampir” de Dreyer. Las patas del arácnido gigante de “Tarántula”. Quizá la pala de una excavadora, puede significar una mano, al extremo de un largo brazo metálico, arañando la tierra.
Del arañazo que supone una decepción. Un engaño. Arañazos que todos hemos recibido un momento u otro, en nuestras vidas. Y que pudieron ocurrir por unas palabras, unos gestos o unos hechos, “arañosos”, como diría mi vieja vecina.
A veces pienso que me gustaría inventarme palabras, pero quizá eso sólo lo consiguen gentes inteligentes, o simplemente intuitivas, como lo fue mi vecina. Que seguramente, no sabía de letras, como se solía decir, pero se hacía entender.

Rafael Rodríguez-Bella 30 Noviembre 2009


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